Muchas son las veces en donde me gusta ir la estación del ferrocarril y fijar mi mirada en las vias del tren al horizonte. Cada pueblo o ciudad, como micro universos aislados en vacíos rurales y verde de arboles solamente conectados por un tren que esporádicamente pasa en la semana, es algo que me produce sensaciones encontradas.
Francamente, la razón de esta obra fue una excusa para intentar representar algo más que estas vivencias personales.
La verdad es que hace un tiempo me encontré con un corto documental sobre Francisco Savio y su locomotora 191. Personaje de lo mas interesante y exótico, vestía con chaqueta, guantes y gorro blancos en la cabina del maquinista como si se tratara del capitán de un navío.
Él y su locomotora “La Emperatriz” batieron el récord de velocidad sudamericano en 1926 al completar el recorrido Retiro – Rosario en 3 horas y 21 minutos, una distancia de 303,9 km allá en 1926.
Tratar de representar la locomotora tal cual es fue todo un desafío, en Buenos Aires CABA, hay una maqueta de esta locomotora en la Facultad de Ingeniería en el barrio de Recoleta, pero su semejanza con lo que pude apreciar en los videos y cortos donde aparece la maquina real no son del todo precisas. Así es que entre fotos, videos y la misma maqueta pude lograr ensamblar las piezas para dar con un resultado lo más parecido al como creo que era esa máquina en sus años de gloria.
Tengo entendido que “La Emperatriz” logró ser rescatada de la chatarra y restaurada por el Ferroviario Club Central Argentino – FCCA.
Me gustaría verla personalmente algún día.