Emiliano Villalba

El primer beso

Témpera sobre papel
2015

Cuando era más chico, solía caminar mucho por las calles de buenos aires. Mis pasos, que a lo largo de horas podían llevarme a cualquier lugar, me hicieron conocer bastante bien muchos de esos barrios porteños. Cada uno con sus distinguibles características, con una personalidad que a pesar de la globalizada arquitectura que año tras año va difuminando esa identidad, aún se respira y se disfruta. De todos los barrios, donde obviamente tengo mis preferidos, San Telmo quizás destaca; no por su rasgo histórico, sino por una casona en particular en la calle Defensa, a metros de la avenida San Juan.
En mis paseos solitarios, siempre que mi deambular me acercara a San Telmo, era cita obligada entrar en ese lugar, subir algunos peldaños de la escalera del fondo del patio, y contemplar la arquitectura desde lo alto y su piso con sus baldosas de ajedrez.
Mi imaginación volaba en ese lugar, y en mi cabeza empezaban a convivir una inmensa cantidad de diálogos de las posibles personas que hubieran ocupado aquellas habitaciones ya tantos años atras.
Cuantas risas, cuantos enojos; cuantos llantos y pasiones… Y entre todas esas sensaciones entremezcladas, la idea de una pareja enamorada que por primera vez se besa en las primeras horas de madrugada. Allí, en medio del silencio cómplice de una ciudad dormida.